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Inversiones y turismo trae ProMéxico pero AMLO busca eliminarlo

La paradoja se cuenta sola: en el día en que se conmemoraba nuestra Independencia (así, con mayúscula) el próximo presidente de México planteó “desaparecer” una de nuestras pocas ventanas que exhiben fortaleza, ventajas y atractivos del país hacia el mundo: a bote pronto aseguró que terminaría con ProMéxico. La discusión se desató sobre el costo-beneficio de oficinas en el extranjero que en mayor o menor medida han traído la tan necesaria inversión para crear empleos y desarrollo. Como verdad de perogrullo, esto apenas empieza.

En una breve entrevista con medios de comunicación después de hacer una guardia de honor por el grito de independencia en Ocoyoacac, Estado de México el 15 de septiembre, Andrés Manuel López Obrador dijo que se acabarán con los privilegios de la clase política incluyendo a los funcionarios que trabajan en el exterior.

«Hay un programa que se llama ProMéxico, supuestamente para promover inversiones, tienen oficinas en otras partes del mundo. El Fomento para el Turismo, lo mismo (tiene) oficinas en otras partes del mundo. Hay funcionarios de Sedesol en el extranjero. Y todo eso, claro que se termina» fue su explicación, para entonces acotar que serán reemplazados por el trabajo que realizarán la Secretaría de Relaciones Exteriores y las embajadas en el nuevo gobierno.

Una semana después, el equipo de transición informó que desaparecerán las 46 oficinas que ProMéxico tiene en el mundo debido al alto presupuesto que maneja. De poco ayuda para su imagen reportajes periodísticos que con una postura simplista indican que “los mexicanos pagaron 48.2 millones de pesos a tan solo 20 empleados…”

ProMéxico es un fideicomiso del gobierno perteneciente a la Secretaría de Economía a través del cual promueve el comercio y la inversión internacional. Su titular, Paulo Carreño King, titular del organismo, puso sobre la mesa que por primera vez en la historia la Inversión Extranjera Directa (IED) en el país rebasará la cifra de 200,000 millones de dólares.

Estimó que cuatro de cada 10 dólares que se invierten en nuestro país “han sido celosamente atendidos, conducidos y guiados por todos nuestros consejeros en el mundo”.

Radiografía de ProMéxico

– Establecido en 2007.

– Cuenta con 13 centros de negocios en Asia, Medio Oriente y Oceanía.

– 11 en Europa y África.

– Siete en Centro y Sudamérica.

– 15 más en Norteamérica.

– 30 oficinas más alrededor de la República Mexicana.

– De acuerdo con Carreño King en Asia, África y Europa se ha tenido un crecimiento de la inversión en 192%, casi 100% y 34%, respectivamente, durante la presente administración federal.

Así de crudos los argumentos para señalar que todos esos puntos de promoción y contacto de México con el extranjero “cierren la cortina” en definitiva. ¿Y el personal especializado, en cuanto al aspecto técnico de negociación y cierre de negocios, así como en el de las relaciones internacionales?

Tomemos lo que el experto internacionalista Adolfo Laborde señaló para la revista Forbes: “pienso que, con el afán de evitar caer en la improvisación y reinvención característica de los países en vías de desarrollo, se podría rescatar todo el talento (capital humano y relacionista) de lo que se tiene y coordinar súper departamentos económicos de las Embajadas de México en el exterior…”

Más aún, y esto debe ponerse de manera seria en la balanza del próximo gobierno, Laborde considera que “echar todo a la basura y desperdiciar nuestro talento y conocimiento acumulado no hará más que generar curvas de aprendizaje que pondrán al país en desventaja con respecto a naciones que apuestan a la continuidad y a la formalidad de la ejecución de sus intereses nacionales a través de las instituciones”. Esa es una realidad que tarde que temprano se deberá hacer frente en vastas áreas de la administración pública federal.

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