OPINIÓN

Columna Política | “Los defensores de papel”

Columna Política | “Michoacán y los defensores papel”

En Michoacán, la política presume un discurso progresista cuando se trata de defender a las mujeres. Diputados, alcaldes, funcionarios y liderazgos partidistas se llenan la boca hablando de igualdad, paridad y combate a la violencia. Sin embargo, en los pasillos del poder ocurre otra historia: la de una clase política que utiliza la causa de las mujeres como escudo mediático, pero que en la práctica reproduce exactamente aquello que dice combatir.

El fenómeno no es nuevo, pero sí cada vez más evidente. En un estado donde la participación de las mujeres ha crecido y la paridad avanza, también han aumentado los casos de violencia política de género: mujeres obstaculizadas en sus cargos, regidoras presionadas para votar “como les ordenan”, funcionarias que denuncian hostigamiento institucional, militantes minimizadas o desplazadas por estructuras dominadas por viejas redes de poder. Y lo más indignante: muchas de esas agresiones provienen de quienes se siguen presentando como “aliados” del movimiento de mujeres.

En Michoacán abundan los discursos de ocasión. Cada 8 de marzo, las redes sociales de los políticos se tiñen de morado; cada ataque mediático se responde con frases hechas sobre “respeto y solidaridad”; y cada elección se convierte en escenario para prometer un estado más igualitario. Pero cuando una mujer denuncia violencia política, el respaldo desaparece. Las instituciones se vuelven lentas, los liderazgos guardan silencio y el aparato partidista se activa no para apoyar, sino para proteger a los suyos.

Los defensores de papel operan así: hablan fuerte en público, pero callan cuando toca señalar a su propio equipo; exigen justicia, pero negocian impunidad; dicen impulsar la paridad, pero sabotean a mujeres que les resultan incómodas dentro de sus estructuras.

La incongruencia es flagrante:
• Quienes repiten discursos de igualdad son los mismos que presionan para controlar a regidoras o síndicas.
• Quienes encabezan campañas contra la violencia son quienes permiten prácticas de exclusión en sus administraciones.
• Quienes dicen “defender a las mujeres” son quienes atacan, desacreditan o intentan destruir políticamente a otras cuando representan un obstáculo.

Michoacán necesita menos discursos y más coherencia. No requiere figuras que usen la agenda de género como maquillaje político, sino liderazgos capaces de enfrentar a los violentadores, aunque sean de su propio partido, su grupo o su oficina.

La ciudadanía ya distingue entre quienes luchan de verdad y quienes solo posan para la foto. Porque aquí, como en el resto del país, suele cumplirse la misma regla: los que más hablan de erradicar la violencia contra las mujeres son, demasiadas veces, quienes primero la ejercen desde las sombras del poder.