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Habrá una oleada de impugnaciones a la reforma eléctrica; las cortes definirán su futuro: Cámara Internacional de Comercio de EU

La sección para México de la Cámara Internacional de Comercio de Estados Unidos (ICC, por sus siglas en inglés) dijo el miércoles que espera una ola de demandas, apelaciones legales y paneles internacionales de disputas de inversionistas luego de que México promulgó la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que da ventaja a las empresas gubernamentales de electricidad sobre firmas privadas de energía limpia.

“Se advierte una oleada de acciones de inconstitucionalidad controversias constitucionales y amparos, por lo que será el Poder Judicial el encargado de determinar la prosperidad o muerte de la reforma eléctrica”, dijo el presidente de la sección mexicana de la cámara, Claus von Wobeser. “Todas las empresas afectadas impugnarán”.

Von Wobeser dijo que las compañías afectadas por la ley comenzarán a solicitar a los jueces en las próximas semanas órdenes restrictivas y apelaciones frente a la nueva ley, promulgada el martes. “Son procedimientos que tardan muchos años , por lo que seguramente veremos la resolución de esos tribunales dentro de tres o cuatro años, cuando ya haya terminado la presente administración“, dijo.

La cámara de comercio dijo el miércoles que varias cláusulas de la nueva ley violan la propia Constitución mexicana, que garantiza el derecho a la competencia y un ambiente saludable, y que parecen violar acuerdos de protección de inversiones y comercio.

“La ICC México confía en la independencia, autonomía y capacidad del Poder Judicial federal, el cual, como ya ocurrió en el pasado, ha defendido con gallardía la dignidad de nuestra Carta Magna y de los acuerdos internacionales de los que México es parte”, señaló Von Wobeser.

Dijo que si el Poder Judicial no frena la aplicación de la reforma eléctrica, las empresas recurrirán a otros arbitrajes internacionales debido los acuerdos firmados por México que contemplan la protección de las inversiones extranjeras en el país.

Varias compañías extranjeras construyeron muchas plantas de energía eólica, solar y de gas en México, pero el presidente Andrés Manuel López Obrador planea dar prioridad a las plantas estatales de carbón, petróleo y diésel.

La nueva ley dice que la electricidad debe ser comprada primero a las plantas que son de propiedad gubernamental, las cuales se alimentan mayormente de combustibles fósiles. Si queda demanda, agrega, se podrá comprar electricidad a las plantas privadas de energía renovable y gas natural.

La medida ya ha causado quejas de grupos privados de negocios e inversionistas estadounidenses. Los analistas advierten que pudiera violar el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, que establece límites estrictos en cómo un gobierno puede favorecer a sus firmas en detrimento de firmas ajenas.

López Obrador quiere defender a las firmas estatales y argumenta que México debería ser autosuficiente en el sector de energía, una convicción que dice se fortaleció luego de que las tormentas invernales en Texas interrumpieron temporalmente este año el suministro de gas natural importado por México.

En febrero, la Cámara de Comercio de Estados Unidos dijo que la ley “contravendría directamente los compromisos mexicanos”, bajo el T-MEC.

El vicepresidente de la Cámara para las Américas, Neil Herrington, dijo en una declaración que la ley pudiera reinstaurar un monopolio gubernamental y añadió que “esos cambios elevarían significativamente el costo de la electricidad y limitarían el acceso a energía limpia para los ciudadanos mexicanos”.

“Desafortunadamente, este paso es el más reciente en un patrón de decisiones preocupantes adoptadas por el gobierno de México que han minado la confianza de los inversionistas extranjeros en el país”, escribió Herrington.

Las plantas privadas y de energía renovable fueron alentadas por los predecesores de López Obrador en un esfuerzo para reducir las emisiones de carbono.

Con el reducido uso de electricidad durante la pandemia, la estatal mexicana Comisión Federal de Electricidad enfrenta una caída de ingresos y un aumento de las reservas de petróleo que usa en las plantas generadoras. Ese combustible ha perdido clientes en todo el mundo. La empresa se ha visto además bajo presiones para comprar carbón de minas mexicanas.