Sin atribuciones, otorga UIEM «Doctorado Honoris Causa» a Cárdenas Solórzano en Michoacán
ANTISTENES
Mayo 8, 2019.- Bañados, peinados y tal vez perfumados, actores de la política actual se dieron cita para participar unos, y ser espectadores los otros, del teatro de moda: la entrega de “Doctorado Honoris Causa”. Esta vez lástima, teniendo como “víctima”, el ex Gobernador de Michoacán, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
No sé si se hizo de mala fe, por ignorancia o simplemente por la desesperación de salir en la foto con el ya legendario político michoacano. Pero una cosa es cierta: se trato de una burda escena a la que incluso, el Gobernador del Estado, Silvano Aureoles, asistió sin percatarse seguramente, que se trataba de una burla (programada o por error), para el ingeniero Cárdenas.
Habría que revisar cómo el Consejo Directivo de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán (UIIM), máximo órgano de gobierno, aprobó semejante ocurrencia. A sabiendas de que la institución educativa en referencia, no cuenta con las atribuciones para este tipo de reconocimientos, por el simple y llano causal, de no haber expedido con anterioridad el grado académico de Doctor.
El actual Rector de la UIIM, Martín Avilés, viajó recientemente a visitar al hoy jefe de Asesores del Presidente Andrés Manuel López, Lázaro Cárdenas Batel, para hacer de su conocimiento, el “reconocimiento” que recibiría su padre. Dicen algunos, con la intención de seguir acercando a Michoacán la atención de la Federación.
Más respetuoso debió ser, que el propio Martín Avilés y/o el Consejo Directivo en pleno, otorgaran un reconocimiento a la trayectoria o lo que se les ocurriera a Cárdenas Solórzano, pero no someterlo al ridículo académico por el que pasó, uno de los hombres dentro de la política más apreciados de nuestros tiempos.
Sin embargo, como todo lo que se hace sin pensar, o sin saber -da igual- los resultados son poco menos que humillantes para Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien de buena fe, se desplazó hasta Michoacán para formar parte de un evento que en resumen, no fue otra cosa que una burda farsa.
NOTA:
Honoris causa (h.c.), es una locución latina cuyo significado es por causa de honor, una cualidad que conduce a uno al cumplimiento de sus deberes, respeto a sus semejantes y a sí mismo, es la buena reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las acciones de servicio, las cuales trascienden a las familias, personas, instituciones y las acciones mismas que se reconocen. Es un alto honor para personas de testimonio social, reconocido e intachable. En la mayoría de los casos, esta locución es antecedida por el término maestro o doctor.
En el haber de todo centro de enseñanza superior que se precie existe una selecta lista compuesta por científicos, investigadores, pensadores o artistas de prestigio distinguidos con el Doctorado “Honoris Causa”, algo que constituye, probablemente, uno de los mejores escaparates de su potencial académico e investigador. La concesión, en el ceremonioso ritual de investidura, de distintos objetos relacionados con la Universidad clásica encierra toda una exaltación de la docencia y la sabiduría. Como a un caballero de la enseñanza, al doctorando se le impone.