EL OCASO DE SILVANO Y DEL PRD
Por. Mauricio Bueno
A nadie le causa estupor la forma de actuar del mandatario Michoacano; en algunas ocasiones descalifica a algunos personajes de la política como locos y desatinados; otras veces es grosero y prepotente con la prensa. Nunca es objetivo y analiza los problemas de fondo; siempre recurre a la desacreditación y al señalamiento de sus adversarios. Culpa de todo al gobierno federal y sus políticas públicas; no propone una sólida acción que beneficie a los michoacanos bajo la tesitura de los grandes problemas que aquejan al estado. En su personalidad es arrogante; polariza y divide con sus posicionamientos; no dialoga ni consensa con las organizaciones sindicales; hostiga y reprimen todas las manifestaciones, entre sus preferidas las del tema educativo.
El lapso de tres años del gobierno, han sido banales los discursos; no han aterrizado ninguno de los planes y políticas públicas que enmarcaron su campaña en el 2015; los programas como beca futuro, fueron un verdadero fracaso en sus administración. La narrativa de Silvano sigue radicando en una realidad que solo refleja la ausencia del gobierno; la izquierda simulada, quizá sea la piedra angular de su administración. Michoacán está sumido en una crisis de ingobernabilidad, por un mandatario que solo lo piensa en su personalidad e imagen pública; sus funcionarios de gobierno son aduladores y subyugantes a su figura; algunos perdieron el piso y flotan hasta en la redes sociales; pero donde más hemos resentido la nula capacidad es en el rubro educativo, donde carecemos de una infraestructura y una plataforma pedagógica que garantice y erradique de raíz el rezago educativo, como consecuencia de la inexorable corrupción y saqueo de las administraciones pasadas.
Silvano sepulto sus aspiraciones a la presidencia de la república en las pasadas elecciones; sin embargo, supo vender caro su amor: al posicionar y negociar ante el consejo nacional del partido de la revolución democrática, la candidatura para su medio hermano a la senaduría. Posteriormente, perdió la credibilidad de aquellos simpatizantes que confiaron y cerraron filas en el 2015, al respaldar al candidato del partido revolucionario institucional en las elecciones federales. Algo que sin duda represento una afrenta para la militancia, y una baja popularidad de su persona. Ahora, solo queda esperar la estocada final que dará el consejo nacional del partido de la revolución democrática; aventurarse a recomponerlo: sería suicida, ya que el daño que ha causado principalmente a su militancia, repercutió en una de sus peores derrotas de su historia.
El desdén y la desaprobación que tiene la población del estado de Michoacán, ha comenzado cobrar eco en todos los rincones del estado; Silvano no solo perdió el rumbo, sino la brújula de su gobierno; el más claro ejemplo son las declaraciones y nula operación gubernamental de la problemática que día a día enfrenta el estado. En pasadas encuentras 8 de cada 10 michoacanos desaprueban la gestión del mandatario; algo que sin duda es de llamar la atención; eso significa algo importante, y solo se puede materializar el los exabruptos a priori que ha cometido el ejecutivo estatal, sumados a los antecedentes de haber aprobado y ser cómplice de las reformas estructurales que impulso el expresidente Peña y el pacto por México.; eso lo colocaron como un gobierno de derecha, y un operador político del PRI. Solo queda esperar el resultado que tendrán las próximas elecciones; el panorama no parece nada alentador; la evaluación que arrojo la alianza por México al frente, dejo en número rojos al partido; fue una coalición que destrozo su génesis, su doctrina, su ideología, su posicionamiento, y su lucha inminente como partido de oposición que abandero durante casi treinta años.
Michoacán será el último bastión y gobierno del PRD; su inminente derrota en el 2021 está más que consumada. MORENA será el gran triunfador de la siguiente transición de poderes en Michoacán; el umbral que construyo en las pasadas elecciones, y la alta popularidad de Andrés Manuel López Obrador, lo colocan como el partido a vencer.
Ahora, los principales operadores, y el consejo estatal de los partidos del PRI y PRD, comienzan a gestar y entablar pláticas para construir futuras alianzas contra el partido a vencer en el gobierno, el cual será sin duda: MORENA y la figura del presidente Andrés Manuel López Obrador. Ya no hay izquierda en el gobierno; se desvaneció una vez que el gobierno negocio con el PRI y con el PAN; adopto las prácticas de represión social y rompió con las organizaciones sociales, sindicatos y grupos que en su momento fueron aliados de campaña del partido de la revolución democrática.
Es una verdadera falacia que el PRD este reconstruyendo el partido o lo que le queda; la ambición desmedida de algunos personajes cancerígenos siguen fabricando una visión sobre las prerrogativas y el negocio de seguir manteniendo vigente al PRD. Es una quimera, una verdadera utopía el partido; lo que alguna vez construyo y unifico Cuauhtemoc Cárdenas, está apunto de desvanecerse. Es una lástima; el PRD tiene en sus filas buenos personajes; personas nobles y honestas; actores que si se han preocupado por construir una nueva sociedad a través de los mecanismos e instrumentos de poder del gobierno.
Las próximas elecciones seremos testigos de la crónica de una derrota más que anunciada; Silvano tuvo en sus manos la posibilidad de volver a cimentar las bases de un gobierno de izquierda en Michoacán y no lo hizo; la nula capacidad e ingobernabilidad del actual mandatario, constituyeron el parteaguas de esta decadencia; la pobreza institucional sobre todo en los temas que tienen que ver con el ramo educativo, social y de seguridad: serán el principal detonante decisivo de la sociedad, que verdaderamente tiene un hartazgo generalizado ante las fragilidades del estado.
Por favor, no vengan a vendernos la idea que ya no existen corrientes al interior del partido; los grupos siguen marcados; la cofradía y una camarilla de políticos que maneja el PRD en Michoacán, son los principales responsables de que el partido se esté desquebrajando. ¿Qué le queda entonces al PRD?: naturalmente una estructura del gobierno que solo pertenece a foro nuevo sol, la corriente del gobernador y dueña de las decisiones del estado, y una militancia con sed y ganas de construir nuevos y mejores escenarios; sin embargo, ellos no son tomados en cuenta; las decisiones unilaterales en el partido, fueron y serán siempre de un grupo de políticos que solo piensan en sus beneficios personales; esta es la anacrónica de un partido que logro posicionarse un muchos estados de la república, como: la ciudad de México, que significo en su momento el principal epicentro del perredismo después de Michoacán, Tabasco, Guerrero, Morelos y un sinfín de municipios, legisladores y senadores de la república.
Que lastima: el PRD tenía mucho futuro con grandes liderazgos que en su momento pertenecieron y fueron fundadores del partido; la ambición termino de sepultar una doctrina que fue sumisa ante la derecha hegemónica en tiempos del PRI y del PAN. Es inaudito “Si”, pero también es inminente la declive del PRD; no cuenta con una estructura mayúscula para generar condiciones de un triunfo; su militancia está enfadada del mismo discurso de esperanza; muchos ya saltaron a MORENA, y los seguirán haciendo a lo largo de estos tres años. La lógica política así lo visualiza: el PRD perdió el rumbo en Michoacán, bajo la gestión de Silvano Aureoles.