PRI y PVEM pagan impunidad a AMLO, militarizan seguridad pública con Guardia Nacional
La votación de la iniciativa de reforma constitucional en la Cámara de Diputados de la Guardia Nacional, aclaró la verdadera razón del porqué no vemos a ningún delincuente de cuello blanco ante la justicia.
En el centro del combate al robo de combustible, y a pesar de las acusaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la injerencia directa de ex funcionarios de Pemex y de gobiernos anteriores, no vemos el siguiente paso, el de la acción judicial directa con nombres y apellidos.
El día de hoy en San Lázaro presenciamos un pago más del PRI y del Partido Verde Ecologista a esa impunidad pactada desde la campaña presidencial, esa que les garantiza tranquilidad a los funcionarios del gobierno de Enrique Peña Nieto, a cambio de ayudar a la victoria de Morena y de quitar obstáculos para el poder total.
El mismo José Meade Kuribreña se dice decepcionado y traicionado por quienes lo impulsaron a la candidatura del PRI, como parte de la farsa involuntaria para asegurar la victoria de López Obrador.
La Guardia Nacional militarizada va con todos los votos de Morena, todos los del PRI y del Partido Verde Ecologista, 362 votos a favor; y en contra el total de los del PAN y del Movimiento Ciudadano (119 votos), este último con una cabeza visible que se construído como contrapeso del gobierno federal en la Conago, el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro Ramírez.
En un escenario de real aplicación de la justicia, López Obrador tendría que ir del pasado inmediato hacia atrás para fincar responsabilidades, pero sobre todo en el ejercicio de recaudo de pruebas frescas de la injerencia en el robo de combustible, y la complicidad con las bandas de huachicoleros, que deben estar a la mano en las huellas de los últimos directores de la paraestatal.
Pero no, todo queda en stand up mañanero, y la burla al Estado de Derecho al proponer una encuesta para decidir o no llevar a juicio a presidentes pasados.
Más allá del combate a la corrupción y la limpieza de la petrolera está el objetivo principal para lo cual es necesario aglutinar el verdadero músculo del Ejército y la Marina en la Guardia Nacional como un cuerpo pretoriano que garantice el poder total.
A López Obrador no le interesa ver a nadie en la cárcel, esas son frugalidades secundarias, la mira está puesta en el control de los estados, de las instituciones y de los tres poderes, de los cuales ya tiene dos, el Ejecutivo y el Legislativo, y avanza en el tercero con la designación de Arturo Zaldívar Lelo de Larrea en la presidencia de la Suprema Corte de Justicia, y el nombramiento de Juan Luis González Alcántara como ministro de la Corte, el el Poder Judicial de la Federación.
En esta ruta un obstáculo está a punto de superarse, al designar al Fiscal General de la República a modo, con simulada autonomía. Ahora sólo falta el perfil del gran ministerio público que estará a la orden de la Cuarta Transformación, sin embargo hoy mismo el Senado avaló la lista de 10 aspirantes, con 96 votos a favor y 21 en contra, lo siguiente es mera rutina.
La bancada de René Juárez Cisneros y Arturo Escobar y Vega desde las coordinaciones del PRI y del Verde apuntalaron a la Guardia Nacional militarizada que los últimos seis días moldeó su aspecto para simular un mando civil.
La línea de tiempo fue la siguiente: el viernes Alfonso Durazo Montaño puso en palabras del presidente la decisión de un mando civil único, pero el lunes en la conferencia mañanera el mismo presidente lo desmintió y propuso un mando mixto, donde el control civil era una burla que se limitaba a lo meramente administrativo.
El martes las bancadas de Morena de Ricardo Monreal y Mario Delgado y sus aliados, así como los presidentes de las dos cámaras fueron citados a Palacio Nacional para trazar la estrategia parlamentaria para el aval de la Guardia Nacional tal como quedó: un mando civil superior como fachada, con un Consejo que será la verdadera operación, integrado por la Secretaría de la Defensa del general Luis Crescencio Sandoval González y de la Marina del almirante José Ojeda Durán.
El poder total es el objetivo, para eso López Obrador y Morena necesitan el colaboracionismo previamente pactado de PRI y del Partido Verde, por lo tanto no veremos a los delincuentes de cuello blanco de primer nivel ante la justicia.
¿Y la guerra contra el huachicol..? el martes pasado escribí la columna con el título: Control social a través de dosificar el combustible, ahí está expuesto a detalle.
En la conferencia mañanera el presidente no nos da las gracias por ser pacientes al hacer grandes filas en las gasolineras, nos da las gracias por ser pasivos.