OPINIÓN

Intercampañas: ¿Lodo o estrategia?

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Me pareció correcto el deslinde marcado por Roberto Gil Zuarth, del PAN, de Ricardo Anaya. Renuncia al Senado porque no hay condiciones para seguir en el medio político desde ese PAN arribista monopolizado por el candidato presidencial de la coalición Por México al Frente. Anuncia que hace una pausa en su vida pública y que no quiere huesos en otros partidos como Javier Lozano, quien tan pronto se reincorporó a las filas priistas, se vio obligado a disculparse por sus amenazas contra Animal Político, que publicó el reportaje La estafa maestra, otro trabajo periodístico que tira por la borda la imagen de honestidad de José Antonio Meade que le quieren vender los priistas a un electorado que no crece para ellos.

Ernesto Cordero, uno de los panistas “rebeldes” (qué risa me da esa definición) lamentó ayer la decisión de su compañero de andanzas legislativas. Y no es para menos, porque con la casi segura incorporación de Margarita Zavala como candidata “independiente” (un adjetivo aún más risible), estos rebeldes van a extrañar al senador. A menos que sea tan perversa la política que su retiro temporal obedezca para servir desde la sombra y de tiempo completo a la esposa del responsable formal de haber iniciado un baño de sangre en el país con su declaratoria de guerra: Felipe Calderón. No descartemos esta posibilidad, porque también dijo que ayudaría a Margarita Zavala en todo lo que pudiera.

Sin embargo, lo que más caló en muchos políticos, y en periodistas que han visto cómo se desploman los modelos basados en campañas mediocres e ilusionistas que apelan al miedo, la desinformación o la amplificación de pifias en medio de otras noticias graves que merecen mucho más foco, fueron las palabras del senador: “Hay que dejarnos del cuento de que [AMLO] es un peligro para México.” Ayer mismo por la mañana Gil Zuarth abundó sobre este tema en una entrevista concedida a Carmen Aristegui: “No es asustando a la gente, es teniendo empatía en lo que está pensando, lo que está sintiendo y lo que quieren esos miles, millones de personas que ven en AMLO la alternativa a su circunstancia.”

Las palabras de Gil Zuarth se suman a las del creador del concepto “AMLO, un peligro para México”, Antonio Solá, quien además piensa, de acuerdo a una entrevista para El Universal, que: “Si tenemos condiciones normales, con un INE árbitro electoral en toda regla, Andrés Manuel, tengo la certeza muy profunda, muy íntima, de que será Presidente de la República.”

Pero el nerviosismo lleva a muchos a dar traspiés. En el cierre de campaña lo dieron los priistas que no dan una. Ochoa Reza provocó disgusto con su racismo ocurrente del que también tuvo que disculparse. En Veracruz su majestad Yunes Linares, a través de una bufona, intentó recurrir a la estrategia del lodo y le salió el tiro por la culata. Está nervioso. Aunque sea por dos puntos de diferencia, el príncipe Miguelito va abajo en las encuestas.

La intercampaña, “huelga de entrevistas”, “vigilia electoral”, o como guste llamarla, tendrá que ser, a mi juicio, un periodo de logística y análisis serio antes de la recta final. ¿Qué escenarios enfrentaron los contendientes en todos los niveles? ¿Cuáles les fueron favorables y cuáles adversos? ¿Qué podría avecinarse y cómo manejarlo? ¿Cómo preparase para los debates? ¿Qué militantes son más hábiles en situaciones de riesgo en función del contexto y cómo aprovecharlos más? Por otro lado, el trabajo directo con la militancia en zonas de confort o zonas difíciles es importante. Lo que es un hecho es que los votantes indecisos, que son diferentes en cada sección electoral, tienen que ser atendidos. Quien trabaje con más inteligencia esos aspectos, sumará más puntos a su movimiento.

En resumen: quien le apueste al miedo o al manejo turbio y maniqueo de la información, le está apostando al fracaso.

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