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Morelia, la inexpugnable aduana de la izquierda y de Morón

Isidro Galicia

Convertido en un veto electoral permanente para la izquierda en Michoacán, Morelia es un territorio hostil para los partidos, candidatos y movimientos progresistas.

Desde la primera y última experiencia con un gobierno municipal de izquierda con Samuel Maldonado Bautista en los años 90´s, cualquier proyecto electoral fracasa y se enfrenta al inevitable escenario de la derrota.

En el pasado, Alfonso Solórzano Fraga, Genovevo Figueroa Zamudio, Minerva Bautista Gómez, Eloy Vargas Arreola y el más reciente, Raúl Morón Orozco, sucumbieron ante un electorado definido por los programas de derecha y de centro derecha, ideologías situadas en el PAN y el PRI.

En el 2018, el nuevo mapa político municipal arroja nuevos ingredientes electorales y actores políticos que determinarán el resultado y los votos.

Una elección municipal configurada por las nuevas alianzas partidarias, por las rupturas internas de los partidos y por el reblandecimiento de la consistencia ideológica de los proyectos.

A este escenario disperso, Raúl Morón Orozco será el candidato que abandere a la izquierda en la capital del estado con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Antes militante del PRD, el ex líder sindical de la CNTE en Michoacán tendrá la compleja tarea de ganar la elección en Morelia y recuperar para la izquierda el gobierno municipal.

Una encomienda más que compleja y titánica.

Raúl Morón, un perfil electoral antagónico a las aspiraciones de la sociedad moreliana, sorteará el sendero irreductible de las derrotas históricas para la izquierda.

Aunque el incentivo Andrés Manuel López Obrador será un factor de disuasión política, lo cierto, es que para Morón Orozco las posibilidades se complejizan ante la profunda segmentación del voto y lo diverso de la oferta electoral en Morelia.

¿Cuál debe ser el camino de la izquierda?

Un programa sustentado, además, de las problematizaciones institucionalizadas como la inseguridad, servicios públicos deficientes, desempleo y calles ataviadas por los baches, debe haber un programa tematizado que coloque a los morelianos de a pie en el centro de las decisiones.

La inclusión social como un activo de la participación ciudadana, la creación de nuevos esquemas de socialización de los problemas públicos y retroalimentación del poder, entre otros.

Más que un candidato, una plataforma integral de la sociedad y de sus conflictos.

Morelia para la izquierda y para Raúl Morón es la aduana electoral infranqueable. Un territorio espeso, nebuloso y frágil para la construcción de una visión desde la izquierda.

Aunque el territorio (Morelia) ha sido explorado por la izquierda, el 2018 se advierte que el resultado será el mismo.

Una izquierda predestinada a la derrota.

A menos que Morón derrumbe la fortaleza de rechazo para la izquierda.

Un Waterloo moreliano se asoma amenazante.

 

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